Hace mas o menos cuatro años aprendí el oficio de panadero; mi maestro fue un pastor. Recuerdo que solo me enseño este oficio un par de días; en mi primera clase recuerdo muy bien sus palabras "yo no tomo medida de las cosas que le pongo a la mezcla de la masa, todo lo hago empíricamente, así que pon mucha atención de los ingredientes y cuanto le pongo; aunque con el tiempo tu le darás tu propio sabor". Puse todos mis sentidos en esa clase.
Con el tiempo el arte de hacer pan lo fui puliendo, las primeras veces no tenía muy buen sabor, pero después de tanto hacerlo, el pan que hacia obtuvo un buen sabor, buena consistencia, agradable presentación y buena demanda; fue una hermosa experiencia ser panadero.
Si alguien, en esta etapa de mi vida viene y me comenta "se hacer pan y dentro de su descripción me comenta que a la masa del pan, no se le pone levadura, le diría que lo que me dice no tiene sentido, pues de años de experiencia no es lógico que alguien venga y te diga que eso no es necesario"
Con Cristo es lo mismo. Él es el artesano de nuestras vidas, Él es el único que sabe los ingredientes necesarios para que nuestra vida tenga buen sabor. Así como el pan no puede ser sin levadura, nosotros no podemos ser sin Cristo. La consistencia y el sentido de nuestras vidas lo pone Él. No podemos ser nada sin que Cristo este en nuestras vidas. No pretendamos decirle al maestro que es lo que nos hace falta y que nos sobra. Él es nuestro maestro y nosotros sus discípulos.
Reconozcamos nuestra necesidad, el pan no leuda sin levadura; nuestras vidas no pueden ser nada sin Cristo en el centro de ellas.
Recordemos Mateo 13:33. Permitamos que Cristo penetre en nuestras vidas...
by. Calep
Con el tiempo el arte de hacer pan lo fui puliendo, las primeras veces no tenía muy buen sabor, pero después de tanto hacerlo, el pan que hacia obtuvo un buen sabor, buena consistencia, agradable presentación y buena demanda; fue una hermosa experiencia ser panadero.
Si alguien, en esta etapa de mi vida viene y me comenta "se hacer pan y dentro de su descripción me comenta que a la masa del pan, no se le pone levadura, le diría que lo que me dice no tiene sentido, pues de años de experiencia no es lógico que alguien venga y te diga que eso no es necesario"
Con Cristo es lo mismo. Él es el artesano de nuestras vidas, Él es el único que sabe los ingredientes necesarios para que nuestra vida tenga buen sabor. Así como el pan no puede ser sin levadura, nosotros no podemos ser sin Cristo. La consistencia y el sentido de nuestras vidas lo pone Él. No podemos ser nada sin que Cristo este en nuestras vidas. No pretendamos decirle al maestro que es lo que nos hace falta y que nos sobra. Él es nuestro maestro y nosotros sus discípulos.
Reconozcamos nuestra necesidad, el pan no leuda sin levadura; nuestras vidas no pueden ser nada sin Cristo en el centro de ellas.
Recordemos Mateo 13:33. Permitamos que Cristo penetre en nuestras vidas...
by. Calep